Ser mujer es un privilegio, les juro que lo es. A pesar de todas las responsabilidades que nosotras mismas nos hemos añadido a través del tiempo; aunque vemos la regla, damos a luz con mucho dolor, sufrimos de cáncer de mama y de cervix, y tenemos estos cambios hormonales locos que ponen nuestro mundo patas arriba en minutos.
Ser mujer es un regalo; tener la capacidad de ser femeninas, disfrutar la vanidad y tener excusa para ello. Poder ser madres (aunque particularmente no he experimentado este don); poder ser cursis; andar en tacones, con faldas y maquilladas todo el día sin ceder; amar tanto que no cansa; darnos enteras a la pareja, a la familia, al trabajo, y en especial a nosotras mismas.
Ser mujer es poder cambiar y reinventarnos diariamente, es poder ver belleza en las flores, en la lluvia, en los libros, en el mar...ser mujer es un regalo del que debemos estar agradecidas.
Amo ser mujer, porque aunque a veces dudamos de nuestra capacidad, somos infinitas. Y el infinito es el camino a la eternidad.
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