Tanto que he querido darte, hombre mio.
Te he querido hacer crecer, hacer amar, hacer ver.
Te he querido con vendas y con perdones.
Te he querido con piel y con saliva.
Tu oscuridad te ciega, tapando el agujero de tu propia pupila,
te deja ciego de la luz que vomitas,
te hace creer que lo imposible es más difícil.
Entonces yo te he seguido queriendo, halando, cargando...
yo te he buscado dentro de ti; te he querido rescatar;
pero no consigo llevarte a la superficie, amor mio, conmigo.
Y tanto hemos pasado sumergidos;
tu perdido, yo buscándote;
que no respiro mas,
me hundo profundo...
mas no contigo, sino sin ti.
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